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viernes, 3 de agosto de 2012

SABER DIALOGAR


Saber dialogar es uno de los mejores regalos que puedes brindar a los otros y  que te puedes dar a ti mismo. Cuando sabes escuchar, mejoras tu  comunicación, y cuando mejoras tu comunicación, mejoras tus relaciones.
Aprender a dialogar requiere, entre otras cosas:  

1.Cancelar el egoísmo y construir un sincero altruismo que te mueva a valorar a los otros con una actitud dialógica.

2. Estar siempre abierto a los demás con la receptividad del aprendiz y sin las ínfulas del soberbio.

3.  Interesarte genuinamente por los que piensan diferente  para que te ayuden a ver lo que tú no puedes o no quieres ver.

4.  Crecer más y más en tolerancia para no caer en el fanatismo, la discriminación y la falta de respeto.

5.  Prestar atención a quien te habla, de modo que captes no solo sus palabras  sino todos sus gestos y emociones.

6.   Asimilar las ideas ajenas con una comprensión que  permita ponerse en el lugar del otro para entenderlo.

7.   Dialogar en un clima de amor, serenidad y sencillez bajo la guía del mejor maestro: Dios. 

4 PASOS PARA EL ÉXITO DE LAS TAREAS


1. Ser consistentes
En lo posible, un niño debiera tratar de hacer las tareas a la misma hora todos los días. Sin una rutina, es común que queden para última hora y generen un estrés innecesario. Para definir cuál es el mejor momento, hay que considerar no sólo el horario de la familia, sino también el temperamento del niño. La mayoría necesita un momento para relajarse y desconectarse después del colegio, y muchos trabajan mejor después de haber hecho actividad física. De hecho, hay estudios que muestran que el ejercicio incluso puede aumentar la concentración de un niño.
Una vez establecido el momento, es importante definir un lugar de la casa dedicado al estudio. Tener una zona específica ayuda a los niños a hacer el switch. “La idea es que ellos puedan decir ‘esta es mi área de trabajo, aquí se hacen las tareas’”, agrega Paula Spencer.
Como aún son chicos, hay que estar “dando vueltas” por si necesitan ayuda.
TIPS:
● Para evitar que se distraigan buscando sacapuntas o goma de borrar, es útil tener una caja con todo tipo de materiales en la zona de estudio.
●  Hay niños a los que les cuesta mantenerse sentados por largos períodos de tiempo. Una buena idea es tener un “timer” y programar pausas de 2 a 3 minutos cada 15 minutos.
2. Eliminar las distracciones
Una forma de proveer un ambiente tranquilo es hacer del momento de estudio un asunto familiar. “Los niños necesitan saber que los buenos hábitos de estudio son fundamentales para su vida académica, y que eso se consigue con la práctica repetitiva y constante”, señala Paula Spencer. Por eso es importante que en ese tiempo no haya televisión, música, chat ni facebook prendido. Sólo el computador debiera estar disponible si lo necesitan para investigar o hacer una tarea particular.
Ayuda mucho que todos los hermanos hagan sus deberes al mismo tiempo, porque permite que cada uno se mantenga concentrado en lo propio y disminuye las oportunidades de distracción. Incluso puede resultar útil establecer como regla que no habrá televisión ni videojuegos hasta que cada uno termine lo que tenga que hacer.
TIPS:
● Es importante asegurarse que la tarea vuelva al colegio; si no, el esfuerzo habrá sido en vano. Por eso hay que enseñarle a los hijos a meterla a la mochila apenas la terminen.
● Los niños cooperan más cuando sienten que están tomando sus propias decisiones. Se les puede ayudar a hacer un calendario con su rutina de tareas de manera que sepan qué y cuándo lo tienen que hacer.
3.¡Viva la independencia!
Los niños debieran ser capaces de hacer sus tareas solos. Sin duda necesitarán ayuda, pero es importante saber que el objetivo es justamente evaluar su comprensión de la materia. Si están necesitando demasiada ayuda, probablemente es porque les está resultando muy difícil. En ese caso se recomienda hablar con la profesora para que, por una parte, evalúe el aprendizaje del niño y, por otra, refuerce la idea de que las tareas son de él.
TIPS:
● Nunca es demasiado pronto para enseñar a los hijos el valor de la investigación. Se puede partir mostrándoles buenos sitios en internet, sin dejar de lado enciclopedias, diccionarios y otros libros de referencia.
4. No al perfeccionismo
Por supuesto que los padres quieren que sus hijos hagan las tareas lo mejor posible, pero hay que transmitir a los hijos la idea de que es imposible ser perfectos. Vivimos en una época en que pareciera que es posible lograrlo todo y donde impera una fuerte competencia a nivel académico, por lo que no es raro que algunos niños se estresen de más. Si nota que su hijo está siendo demasiado crítico consigo mismo, lleguen a un acuerdo sobre cuánto tiempo dedicará a cada tarea. Si es necesario, pídale a la profesora que le ayude a entender a su hijo que la tarea es sólo una forma de practicar.
TIPS
● Es normal tener la tentación de corregir la ortografía o resolver el problema que el hijo no entendió, pero, a menos que se les explique bien su error, es recomendable dejarlos pasar.
● Revisar su tarea y desafiarlo a buscar las palabras que están mal escritas es una buena manera de hacerle el hábito de chequear sus cosas antes de entregarlas. HF

LA FELICIDAD DEPENDE DE TI


EL 40% DE LA FELICIDAD DEPENDE DE UNO MISMO Y SURGE DE ACTIVIDADES VOLUNTARIAS COMO


1.PREOCUPARSE POR AGRADECER.
2. SER OPTIMISTA.EL OPTIMISMO PERMITE VER LO MALO COMO TRANSITORIO, MODIFICABLE Y ACOTADO.
3. SER GENEROSO EL DAR ES SIEMPRE GENERA UNA SENSACIÓN MUY GRATA.
4.PERDONAR CUANDO ALGUIEN NOS HIERE, NOS GOLPEA O NOS HACE ALGO MALO, ESA PERSONA ME DESCOMPONE. EL PERSONAR NOS LIBERA.
5.EVITAR COMPARACIONES EN LIGAR DE MIRAR CON ENVIDIA LO AJENO, APRENDER A CONTENTARNOS CON LO NUESTRO. EL ÉXITO ES ALCANZAR LAS PROPIAS METAS.
6.EVITAR RUMIAR RUMIAR ES DARLE VUELTA A LO QUE HICIMOS MAL, AQUELLO DE LO QUE NOS ARREPENTIMOS. ESO HAY QUE CORTARLO.
7.TENER UN PLAN B SI ALGO NO RESULTA EL MUNDO NO SE NOS CAE Y HAY OTROS CAMINOS QUE SE PUEDEN TOMAR.
8.SER AMABLES Y SONREÍR SIEMPRE AL QUE SONRÍE LE VA BIEN.



miércoles, 1 de agosto de 2012

REVISTA LITERATURA JUVENIL, INFANTIL



ImaginariaRevista sobre literatura infantil y juvenil
N° 318 - Buenos Aires, 31 de julio de 2012
www.imaginaria.com.ar
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Diciembre, Súper Álbum

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Diciembre, Súper Álbum

Liliana Bodoc
Ilustración de tapa y viñetas interiores de Luis Scafati.
Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2003. Colección Alfaguara Juvenil, Serie Roja.
Un guionista de historietas ha sido despedido de la editorial donde trabaja, pero antes de hacerse efectivo el despido, debe terminar una serie titulada “El viajante”, la que será publicada en el Súper Álbum de diciembre.
En este marco argumental, Liliana Bodoc mueve las piezas de una narración que cuenta numerosas historias.
“El viajante”, Santiago, es un hombre que recorre el mundo en un auto rojo y que ha decidido regresar a su lugar de origen, San Jerónimo, una ciudad pequeña, cuya población depende de una fábrica de cemento. El propósito principal es el de reencontrar el “Budapest”, un parque de diversiones instalado durante su adolescencia, donde se enamoró por primera vez. La evocación de esos recuerdos es el asunto del que se ocupa la historieta.
La ciudad es conmovida por la aparición del parque y pronto su población se verá dividida entre los que aceptan con agrado la novedad y aquellos que se proponen expulsar a los trashumantes. Así se desata una disputa no exenta de violencia. El parque representa el universo de lo sensible y lo creativo. No es casual que en medio de sus instalaciones se despierte el amor entre Natalia (integrante del “Budapest”) y Santiago.
Sus opositores representan el mundo establecido, las costumbres, las leyes. La mano ejecutora son las autoridades municipales, pero su liderazgo lo ejerce Doña Lupe, una mujer abandonada por su marido y su hijo, anclada en una vieja historia de amor, llena de rencores y presa en el mundo de las apariencias. De todos los personajes que aparecen en escena, el de Doña Lupe tal vez resulte el más caricaturesco, el de mayor exageración en sus rasgos. Bodoc capitaliza este procedimiento habitual de la historieta para presentar un personaje que el lector reconocerá sin dificultades en cualquier ámbito no ficcional.
Santiago es un adolescente que ha perdido recientemente a su padre (1), un empleado de la cementera, sometido a “jefes implacables”. El muchacho quiere para sí un destino diferente al de su padre. Su madre parece una mujer insegura y llena de temores. Hasta el final del relato, se mantiene del lado de los opositores al parque.
La historia de “El viajante” es marcadamente política. También es posible leerla como una historia de iniciación, pero en este sentido, la mayor virtud de la autora es sumar a la trillada historia del primer amor y los sueños adolescentes, el descubrimiento que operará en su protagonista acerca de los funcionamientos de una sociedad tironeada por dos grandes fuerzas que se oponen.
“El viajante”, sin embargo, no contiene todo lo que Bodoc tiene para decir. Diciembre, Súper Álbum es también el intento de mostrar esa frontera muchas veces indefinida entre la ficción y la realidad. El libro está atravesado por entradas y salidas entre esos territorios (2). En el final, los dos caminos parecen converger.
Los procedimientos narrativos quedan expuestos, son parte de la historia. En este sentido, interesa destacar un fragmento (3) en el que el guionista y el dibujante mantienen una discusión que encierra todo un debate estético. Natalia y Santiago están a punto de besarse. Hasta aquí, el relato está en la voz del propio muchacho. A partir de aquí, toman la voz los autores de la historieta. El dibujante pretende graficar la escena. El guionista se opone; su argumentación consiste en declarar que su historieta es de “corte clásico”. Bodoc consigue un pasaje cargado de erotismo con una simple discusión estética y lo cierra con la aparición repentina de la abuela de la muchacha, ya nuevamente dentro de la historieta.
La autora de Diciembre, Súper Álbum le presta voz a distintos narradores: uno distante que pinta el estudio donde se teje la historieta, el Santiago que evoca, y un puñado de personajes que dialogan en San Jerónimo. Toda su prosa está impregnada de recursos poéticos. Baste como ejemplo, un párrafo que encontraremos en la página 90 del libro:
«Los que estábamos ahí pensamos la vida sin el “Budapest”. En el estéril San Jerónimo cementero si se nos iba la luna del baldío. En los domingos lentos, cuando el pueblo entero lloraba a escondidas.»
Las ilustraciones de Luis Scafati, al final de algunos de los capítulos, si bien apelan a los recursos tradicionales de la historieta, no pretenden graficar los asuntos narrados; delicadezas visuales para el tránsito entre episodios.